La cicatriz de cesárea no es solo una marca visible en la piel: afecta a capas más profundas del cuerpo y puede influir significativamente en tu bienestar físico si no se trata correctamente. En nuestra clínica de fisioterapia en Bilbao, acompañamos a las mujeres en su recuperación postparto, abordando de forma específica las consecuencias físicas de una cesárea.
¿Por qué es importante tratar la cicatriz de una cesárea?
Cualquier cicatriz genera tensión en los tejidos que la rodean. En el caso de una cicatriz de cesárea, esa tensión se concentra especialmente en la musculatura abdominal y el suelo pélvico. Con el paso del tiempo, las adherencias que se forman en la cicatriz pueden afectar al deslizamiento normal de los planos musculares, provocando molestias que muchas veces no se asocian con el origen real: la intervención quirúrgica del parto.
Estas adherencias pueden causar:
Dolor pélvico, abdominal o sobre la propia cicatriz
El dolor no siempre aparece de inmediato. De hecho, muchas mujeres comienzan a notarlo años después de la cesárea, al realizar actividades deportivas, ciertos movimientos cotidianos o incluso sin causa aparente. Al haber pasado tanto tiempo, suele ser difícil relacionarlo con la cicatriz, pero es una de las causas más comunes.
Inestabilidad lumbo-pélvica
La falta de tono muscular y la flacidez abdominal tras una cesárea pueden provocar una disminución en la estabilidad de la zona lumbar y pélvica. Esta inestabilidad, al no tener un buen soporte abdominal, genera sobrecarga en la columna y puede derivar en dolor lumbar crónico.
Incontinencia urinaria
Aunque solemos asociar la incontinencia al parto vaginal, también puede darse tras una cesárea. En este caso, se debe a dos factores principales:
•Falta de activación sinérgica entre el abdomen y el suelo pélvico.
•Adherencias profundas en la cicatriz que afectan a órganos como la vejiga.
¿Cuándo y cómo empezar el tratamiento de fisioterapia?
La recuperación debe comenzar en casa, poco a poco, con cuidados básicos. No hay que tener miedo de tocar la cicatriz: al principio se trabaja el tejido cercano y, progresivamente, se puede comenzar a aplicar movilizaciones suaves y presiones controladas para favorecer la elasticidad y el buen estado de la zona.
A partir de las 4 semanas postcesárea
En consulta, iniciamos un trabajo fisioterapéutico adaptado a cada paciente:
•Radiofrecuencia atermia en el abdomen para mejorar la vascularización.
•Ejercicios respiratorios centrados en el diafragma.
•Activación progresiva de la musculatura abdominal.
A partir de las 8 semanas postcesárea
El tratamiento se vuelve más específico y puede incluir:
•Terapia manual directa sobre la cicatriz.
•Técnicas complementarias como ventosas, acupuntura o desensibilización.
•Diatermia para estimular la regeneración en capas profundas.
•Ejercicios de reeducación abdominal adaptados a las necesidades individuales.
La cicatriz de cesárea no es solo estética: es salud
Aunque superficialmente la cicatriz parezca cerrada, se considera que puede tardar hasta un año en cicatrizar completamente a nivel interno. Por eso es importante abordarla desde la fisioterapia con un tratamiento adecuado y personalizado que ayude a prevenir dolencias a largo plazo y facilite la recuperación del cuerpo tras el parto.
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